Expresión
corporal
La
expresión corporal es una de las forma de comunicación natural que presenta el
ser humano desde los primeros momentos de la vida como parte de un lenguaje que
utiliza el cuerpo, este medio de comunicación no tiene un código establecido,
algunos son propios de sí mismo y otros universales.
Como
material educativo, la expresión corporal se refiere al movimiento, con el
propósito de favorecer los procesos de aprendizaje, estructurar el esquema
corporal, construir una apropiada imagen de sí mismo, mejorar la comunicación y
desarrollar la creatividad. Su objeto de estudio es la corporalidad
comunicativa en una relación: estar en movimiento en un tiempo, un espacio y
con una energía determinada. Las estrategias para su aprendizaje se basan en el
juego, la imitación, la experimentación y la imaginación. Estos procesos son
los que se ponen en juego para el desarrollo de la creatividad expresiva
aplicada a cualquiera de los lenguajes. Como tal, ofrece a los educadores una
amplia gama de posibilidades en su trabajo específico.
Como
expresión artística se basa en la forma en que se interpreta emociones por
medio de nuestros movimientos: inconsciente y consciente-mente se caracteriza
por la disciplina que lleva a expresar emociones. El propósito principal es
sentir libertad en la ejecución de cada movimiento artístico basado en los
sentimientos que quieren expresar, ejemplo: si se quiere hacer una ejecución de
éstas, se utiliza la creatividad para inventar formas y movimientos, además de
que tienen que sentirse en completa libertad.
Por
último es la corporación, que se utiliza como la única comunicación a través de
los movimientos del cuerpo. Siempre debemos estar seguros de nosotros mismos.
Nos sirve para poder comunicarnos sin usar el lenguaje oral como con las
personas con discapacidades auditivas y visuales, que utilizando sus manos
logran un muy efectivo medio de comunicación.
El
lenguaje del cuerpo no es una ciencia exacta. A veces los gestos o movimientos
de las manos o los brazos pueden ser una guía de sus pensamientos o emociones
subconscientes, pero a menudo esos indicios son erróneos. Las señales no
verbales se usan para establecer y mantener relaciones personales, mientras que
las palabras se utilizan para comunicar información acerca de los sucesos
externos.
Motricidad
gruesa y fina
El área motricidad gruesa tiene que ver con los
cambios de posición del cuerpo y la capacidad de mantener el equilibrio.
Las destrezas de
motricidad gruesa comprenden los movimientos motrices complejos como lanzar
objetos, chutar un balón o saltar a la comba.
Hacer una carrera o apoyar el peso del cuerpo sobre un miembro concreto para realizar una acción concreta, son acciones posibles debido a que las áreas sensorial y motriz de la corteza cerebral de los niños están mejor desarrolladas, sus huesos son más fuertes, sus músculos más poderosos y a que su capacidad pulmonar también es mayor.
Las destrezas de motricidad fina se refieren a las actividades que requieren la coordinación ojo-mano y la coordinación de los músculos cortos para realizar actividades como recortar figuras, ensartar cuentas o agarrar el lápiz para dibujar.
Esta habilidad está estrechamente relacionada con el hecho de mostrar preferencia por utilizar una mano más que la otra, hecho que se hace evidente cerca de los 3 años de edad y se conoce como dominancia manual.
La inclinación de los seres humanos para utilizar la mano derecha parece surgir del desarrollo cerebral. Como el hemisferio izquierdo del cerebro controla el lado derecho del cuerpo, y este hemisferio suele ser dominante, la mayoría de la gente se inclina por utilizar su mano y pie derechos. En las personas cuyos cerebros son más simétricos (por factores hereditarios o del crecimiento fatal) el hemisferio derecho tiende a dominar haciendo que sean zurdos.
Los niños y niñas desarrollan sus habilidades psicomotrices finas y gruesas a distinta velocidad, principalmente por las diferencias morfológicas asociadas a cada uno.
Los niños son ligeramente más fuertes que las niñas y tienen algo más de músculo, mientras que las niñas tienden a lograr mayor coordinación en los músculos cortos.
Estas diferencias reflejan actitudes sociales que fortalecen diferentes tipos de actividades para niños y niñas. Así las niñas suelen jugar en el patio a juegos de tipo social, mientras que los niños pasan la mayor parte del tiempo participando en actividades lúdico-deportivas, como el futbol o juegos dinámicos como el pilla-pilla.
Sin embargo, al concluir la etapa de Educación Primaria tanto niños como niñas deberían haber adquirido cierta destreza en el empleo de ambos tipos de motricidad, y cualquier diferencia significativa debería estar asociada a la práctica de actividades de forma regular, como por ejemplo, un sentido del equilibrio más agudo en un niño que practica danza. En el caso de que exista un desfase notable en alguna de las dos áreas, los padres y profesores deberían consultar al especialista en psicopedagogía del centro educativo al que el niño asiste o a un gabinete psicopedagógico externo.
Las destrezas de motricidad fina se refieren a las actividades que requieren la coordinación ojo-mano y la coordinación de los músculos cortos para realizar actividades como recortar figuras, ensartar cuentas o agarrar el lápiz para dibujar.
Esta habilidad está estrechamente relacionada con el hecho de mostrar preferencia por utilizar una mano más que la otra, hecho que se hace evidente cerca de los 3 años de edad y se conoce como dominancia manual.
La inclinación de los seres humanos para utilizar la mano derecha parece surgir del desarrollo cerebral. Como el hemisferio izquierdo del cerebro controla el lado derecho del cuerpo, y este hemisferio suele ser dominante, la mayoría de la gente se inclina por utilizar su mano y pie derechos. En las personas cuyos cerebros son más simétricos (por factores hereditarios o del crecimiento fatal) el hemisferio derecho tiende a dominar haciendo que sean zurdos.
Los niños y niñas desarrollan sus habilidades psicomotrices finas y gruesas a distinta velocidad, principalmente por las diferencias morfológicas asociadas a cada uno.
Los niños son ligeramente más fuertes que las niñas y tienen algo más de músculo, mientras que las niñas tienden a lograr mayor coordinación en los músculos cortos.
Estas diferencias reflejan actitudes sociales que fortalecen diferentes tipos de actividades para niños y niñas. Así las niñas suelen jugar en el patio a juegos de tipo social, mientras que los niños pasan la mayor parte del tiempo participando en actividades lúdico-deportivas, como el futbol o juegos dinámicos como el pilla-pilla.
Sin embargo, al concluir la etapa de Educación Primaria tanto niños como niñas deberían haber adquirido cierta destreza en el empleo de ambos tipos de motricidad, y cualquier diferencia significativa debería estar asociada a la práctica de actividades de forma regular, como por ejemplo, un sentido del equilibrio más agudo en un niño que practica danza. En el caso de que exista un desfase notable en alguna de las dos áreas, los padres y profesores deberían consultar al especialista en psicopedagogía del centro educativo al que el niño asiste o a un gabinete psicopedagógico externo.
Los niños y niñas desarrollan sus habilidades psicomotrices finas y gruesas a distinta velocidad, principalmente por las diferencias morfológicas asociadas a cada uno.
Los niños son ligeramente más fuertes que las niñas y tienen algo más de músculo, mientras que las niñas tienden a lograr mayor coordinación en los músculos cortos.
Estas diferencias reflejan actitudes sociales que fortalecen diferentes tipos de actividades para niños y niñas. Así las niñas suelen jugar en el patio a juegos de tipo social, mientras que los niños pasan la mayor parte del tiempo participando en actividades lúdico-deportivas, como el futbol o juegos dinámicos como el pilla-pilla.
Sin embargo, al concluir la etapa de Educación Primaria tanto niños como niñas deberían haber adquirido cierta destreza en el empleo de ambos tipos de motricidad, y cualquier diferencia significativa debería estar asociada a la práctica de actividades de forma regular, como por ejemplo, un sentido del equilibrio más agudo en un niño que practica danza. En el caso de que exista un desfase notable en alguna de las dos áreas, los padres y profesores deberían consultar al especialista en psicopedagogía del centro educativo al que el niño asiste o a un gabinete psicopedagógico externo.
Los niños y niñas desarrollan sus habilidades psicomotrices finas y gruesas a distinta velocidad, principalmente por las diferencias morfológicas asociadas a cada uno.
Los niños son ligeramente más fuertes que las niñas y tienen algo más de músculo, mientras que las niñas tienden a lograr mayor coordinación en los músculos cortos.
Estas diferencias reflejan actitudes sociales que fortalecen diferentes tipos de actividades para niños y niñas. Así las niñas suelen jugar en el patio a juegos de tipo social, mientras que los niños pasan la mayor parte del tiempo participando en actividades lúdico-deportivas, como el futbol o juegos dinámicos como el pilla-pilla.
Sin embargo, al concluir la etapa de Educación Primaria tanto niños como niñas deberían haber adquirido cierta destreza en el empleo de ambos tipos de motricidad, y cualquier diferencia significativa debería estar asociada a la práctica de actividades de forma regular, como por ejemplo, un sentido del equilibrio más agudo en un niño que practica danza. En el caso de que exista un desfase notable en alguna de las dos áreas, los padres y profesores deberían consultar al especialista en psicopedagogía del centro educativo al que el niño asiste o a un gabinete psicopedagógico externo.
Estas diferencias reflejan actitudes sociales que fortalecen diferentes tipos de actividades para niños y niñas. Así las niñas suelen jugar en el patio a juegos de tipo social, mientras que los niños pasan la mayor parte del tiempo participando en actividades lúdico-deportivas, como el futbol o juegos dinámicos como el pilla-pilla.
Sin embargo, al concluir la etapa de Educación Primaria tanto niños como niñas deberían haber adquirido cierta destreza en el empleo de ambos tipos de motricidad, y cualquier diferencia significativa debería estar asociada a la práctica de actividades de forma regular, como por ejemplo, un sentido del equilibrio más agudo en un niño que practica danza. En el caso de que exista un desfase notable en alguna de las dos áreas, los padres y profesores deberían consultar al especialista en psicopedagogía del centro educativo al que el niño asiste o a un gabinete psicopedagógico externo.
Sin embargo, al concluir la etapa de Educación Primaria tanto niños como niñas deberían haber adquirido cierta destreza en el empleo de ambos tipos de motricidad, y cualquier diferencia significativa debería estar asociada a la práctica de actividades de forma regular, como por ejemplo, un sentido del equilibrio más agudo en un niño que practica danza. En el caso de que exista un desfase notable en alguna de las dos áreas, los padres y profesores deberían consultar al especialista en psicopedagogía del centro educativo al que el niño asiste o a un gabinete psicopedagógico externo.
ACTIVIDADES
ACTIVIDAD
DE MOTRICIDAD GRUESA
BOLOS
Motricidad manual
gruesa, 2-3 años.
Interacción social,
individual, 2-3 años.
Meta: Incrementar la fuerza de sus brazos
y mejorar la precisión de los movimientos hacia
un objeto.
un objeto.
Objetivo:
Rodar correctamente una pelota grande, desde una distancia aproximada de
tres - seis metros.
tres - seis metros.
Materiales: Pelota grande y cartones de leche vacíos.
Procedimiento:
Coloca seis cartones de leche en una composición “3-2-1” y traza una línea, a unos
tres metros de ellos.
Muéstrale al niño cómo rodar la pelota para
derribar los cartones, pero permaneciendo detrás de la línea.
Recompón
los vasos y ayúdalo a que ruede la bola.
Alágalo
cuando derribe alguno. Ve apuntando cuántos bolos derriba en cada tirada.
Cuando el juego se vuelva más fácil para él,
Incrementa progresivamente la distancia entre
la línea de tirada y los bolos.
la línea de tirada y los bolos.
También
cuando llegue a acostumbrarse al juego, se puede incorporar la idea de esperar
turnos.
Haz trazos simples en un trozo de papel, para
que el niño pueda ver cuántos bolos derriba
y cuántos tiras tú.
y cuántos tiras tú.
Haz
que disfrute del juego sin permitir que se convierta en una competición.
TIRAR DE LA CUERDA
ACTIVIDAD DE MOTRICIDAD FINA
Motricidad fina, manipulación, 2-3 años. Motricidad fina, sujetando, 2-3
años.
Meta: Perfeccionar el agarre y el control de la motricidad fina.
Objetivo: Tirar de la cuerda de algún juguete o cualquier animalito de peluche
para hacerlo sonar.
Materiales: Muñeca o peluche que hable o haga algún sonido cuando se le tire de la
cuerda.
Procedimiento: Muéstrale al niño el juguete o el animal de peluche y dile “mira”.
Asegúrate de que te esté mirando y muéstrale cómo al tirar del cordel se
hace hablar al muñeco.
Cuando pare, dale el juguete para que lo sostenga en una mano y guíale
la otra para que tire de la cuerda.
Recompénsalo inmediatamente por hacerlo de la manera adecuada.
Dale otro juguete y anímalo a que tire de la cuerda por si mismo.
Muéstrale donde está y realiza mímicamente el movimiento de tirar.
Ayúdale solo si se encontrase confuso.
Finalmente, enséñale a sujetar el juguete y tirar sin necesidad de
ayuda, de esta forma usará ambas manos en un esfuerzo cooperativo.
Genial el primero para trabajar el reciclado
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